Carlos Sánchez BERZAÍN es entrevistado en "Óscar Haza Global".
La dictadura de Venezuela presenta al mundo el más irracional periodo de
transición entre la elección del 28 de Julio (28-J) y la juramentación del
presidente electo Edmundo González Urrutia el próximo 10 de enero, con
represión y terrorismo de Estado como último recurso para retener el poder.
Las acciones criminales del socialismo del siglo 21 en
Venezuela buscan infundir miedo a la población para desanimarla en el
cumplimiento del triunfo electoral, forzar una nueva ola migratoria, desorganizar
la dirigencia opositora y eliminar política o físicamente a María Corina
Machado. Esta situación impone iniciativas e instalar la transición.
El propósito del socialismo del siglo 21 es descabezar la
dirigencia de la oposición victoriosa para dejar sin conducción al pueblo
venezolano. Buscan hacer inoperable la oposición real para dar espacio a la
oposición funcional, desanimando a los votantes que el 28-J repudiaron a
Nicolás Maduro y a la dictadura/narcoestado que representa.
El tiempo de la transición es la antesala del plan de un
gobierno de recuperación de la democracia, que no es un plan ordinario de
gestión, porque se trata de la restauración de los elementos esenciales de la
democracia, de un proceso de reencuentro nacional sin impunidad y la más rápida
recuperación de las condiciones de normalidad. Que la oposición victoriosa
ponga en marcha una agenda abierta y pública de transición es importante en
condiciones normales, pero es imprescindible cuando la dictadura derrotada se
resiste a entregar el poder por medio del terrorismo de Estado.
Entre las iniciativas necesarias está en primer lugar
nombrar y activar un “equipo de transición” con competencia nacional e
internacional, con comisiones de tres o más miembros en la áreas de Relaciones
Exteriores, Defensa, Interior o Gobierno, Economía, Petróleo, Educación, y más.
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