POR JOSĂ RAFAEL VILAR
Me tomarĂ© un poco de licencias y no seguirĂ© a la docta Martha Hildebrandt en su explicaciĂłn de «por angas o por mangas» en “de todas formas”. Me quedarĂ©, monda y lironda, en mi neodefiniciĂłn “de una y de otra”.
Primero PerĂș. La asunciĂłn de Pedro Castillo Terrones tuvo cinco viabilizadores: el rechazo de los gobiernos fujimoristas, que con su autoritarismo, corrupciĂłn y violaciĂłn de DDHH opacĂł que acabara con la hiperinflaciĂłn y con el terrorismo del guevarista MRTA y del sanguinario maoĂsmo de Sendero Luminoso, luego realimentado por el revanchismo de la mayorĂa absoluta congresal del fujimorismo en 2016. Otro fue la corrupciĂłn enraizada en los gobiernos pos-Fujimori, salvados los dos gobiernos de transiciĂłn: ValentĂn Paniagua Corazao (2000-2001) y Francisco Sagasti Hochhausler (2020-2021), fenĂłmeno que —mĂĄs su inoperancia en soluciones sociales, a pesar del ejemplar desempeño macroeconĂłmico del periodo— llevĂł al descrĂ©dito de la clase polĂtica —tercer viabilizador— como Venezuela 1999, Argentina 2001 y Bolivia 2020. Un cuarto era la voluntad frustrada de poder de la izquierda legalista peruana desde el periodo militar de Juan Velasco Alvarado (1968-1975), celebrado por Castillo Terrones durante la campaña pero descalabrado en la economĂa (a pesar de su reforma agraria necesaria); izquierda continuamente fragmentada que, junto con la gauche caviar local, creyĂł que podĂa contemporizar al candidato casi desconocido y que ha llevado ya a La RepĂșblica —grupo vocero de la izquierda intelectual— a un mea culpa profundo y sincero.
Un quinto: la necesidad de respiro para el Grupo de Puebla y para el dĂ©bil liderazgo de AndrĂ©s Manuel LĂłpez Obrador ahora que Cuba estĂĄ en crisis, en Ecuador ganaron los conservadores y el sueño de un Chile socialista del siglo XXI se esfuma (Colombia por el mismo camino), sumado a unas Argentina y Bolivia bordeando crisis, Venezuela en agonĂa permanente y Brasil de rumbo indefinido.
(Dato curioso es que Castillo Terrones — rondero campesino antisenderista, que ahora planteĂł resucitar a modo de milicias populares—, como su vicepresidenta Dina Boluarte Zegarra, antes habĂan perdido elecciones de alcaldĂas distritales y congresal.)
Poco mĂĄs de PerĂș: un discurso inaugural indigenista casi bucĂłlico (habrĂa que preguntar a los pueblos sometidos por el Inca y a HuĂĄscar) y antiespañol del nuevo presidente (que no es indĂgena sino mestizo), sus propuestas (estilo socialismo del siglo XXI) de cambiar la ConstituciĂłn, el complejo demagĂłgico de no ocupar el Palacio Presidencial conocido como Palacio Pizarro (aunque pudo llamarlo Casa del Curaca Taulichusco, que viviĂł en el solar) y sus ideas econĂłmicas confusas. El partido que le prestĂł su sigla, PerĂș Libre, se autodefine marxista-leninista, mariateguista y antimperialista y su lĂder, Vladimir CerrĂłn Rojas, estĂĄ con prisiĂłn suspendida por casos de corrupciĂłn. Su primer ministro, Guido Bellido Ugarte, es investigado por apologĂa del terrorismo por su abierta defensa de las acciones criminales de Sendero Luminoso, ademĂĄs de declarado homĂłfobo, misĂłgino y transfĂłbico; con solo dos mujeres en el gabinete (la vicepresidenta una de ambas), el nuevo canciller HĂ©ctor BĂ©jar Rivera (86 años) fue exguerrillero castrista (fundador del EjĂ©rcito de LiberaciĂłn Nacional en los años 60). FaltarĂĄ ver las primeras medidas, incluido el abordaje del bicentenario, un hecho netamente criollo.
El presidente, admirador de Morales Ayma (de quien, como nuevo arbiter elegantiarum, copia sus trajes de Canedo Patiño aparte de su caro sombrero chotano), durante los actos de posesión dio preeminencia al expresidente y desplazó al actual a un lugar secundario.
De Cuba, la crisis late —pandemia de generales incluida—, mientras MĂ©xico y Bolivia envĂan apresurados suministros al rĂ©gimen tratando de calmar los descontentos por la miseria. La pandemia traza entre 8.000 y casi 10.000 casos dĂa.
Y tocando pandemia, en Bolivia la vacunaciĂłn avanza firme reciĂ©n, reduciendo la morbilidad y confirmando la adecuada estrategia de prevenciĂłn. El fracaso total de la ideologizada apuesta rusa ha dejado la vacunaciĂłn entre los suministros chinos —mayoritariamente pagados—, los COVAX —en stand by por la crisis sanitaria en India— y, de salvaciĂłn, las donaciones de vacunas norteamericanas —mĂĄs suministros mĂ©dicos, poco difundidos, por $us 6 millones— que han permitido el sprint inmunizante ¿imperialista?
JosĂ© Rafael Vilar es analista y consultor polĂtico.
OpiniĂłn y AnĂĄlisis.
ANNJ Noticias.
.