El caso del PDC abre un debate más amplio sobre la calidad de la democracia en Bolivia. Si un partido puede ver usurpada su sigla sin que las autoridades actúen, ¿qué garantías existen para los demás actores políticos?
• Legitimidad: La elección de candidatos sin respaldo partidario erosiona la credibilidad de los resultados.
• Confianza ciudadana: La percepción de irregularidades puede aumentar el desencanto de la población hacia la política.
La estrategia del PDC
Velasco anunció que el PDC está trabajando en acciones legales y políticas para recuperar su sigla. El objetivo es restablecer la identidad del partido y devolverle a la militancia un instrumento legítimo de participación.
Entre las medidas que se barajan se encuentran:
• Presentación de demandas contra los vocales electorales.
• Movilización de la militancia para visibilizar el reclamo.
• Reestructuración interna para fortalecer la unidad del partido.
Reacciones y escenarios futuros
Aunque las declaraciones de Velasco generan eco en la opinión pública, el desenlace dependerá de la respuesta del TSE y de la capacidad del PDC de sostener su reclamo en instancias legales.
Los posibles escenarios incluyen:
1. Reconocimiento oficial de la sigla al PDC, lo que implicaría un golpe político para Rodrigo Paz Pereira.
2. Ratificación de la decisión del TSE, que mantendría la actual situación y profundizaría la crisis de confianza.
3. Negociaciones internas, que podrían derivar en acuerdos políticos para evitar mayores fracturas.
En una entrevista concedida al programa “Buen Día” desde Potosí, el delegado ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Víctor Hugo Velasco, lanzó un anuncio que sacude el panorama político boliviano: el Partido Demócrata Cristiano (PDC) busca recuperar su sigla, presuntamente utilizada de manera ilegal por el actual presidente de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, en complicidad con el órgano electoral. Las declaraciones de Velasco abren un nuevo capítulo en la disputa por la legitimidad de las organizaciones políticas y la transparencia del proceso democrático en el país.
El contexto de la denuncia
Velasco sostiene que el PDC fue desplazado de manera irregular en las últimas elecciones, cuando el TSE permitió la participación de candidatos que, según él, no contaban con el respaldo legítimo de la militancia ni con la autorización formal del partido. En sus palabras, se trató de un “delito de silencio electoral”, ya que las cartas de alejamiento y objeciones presentadas por la dirigencia no fueron consideradas por los vocales electorales.
Los protagonistas de la controversia: Rodrigo Paz Pereira y Edman Lara, quienes asumieron la presidencia y vicepresidencia bajo la sigla del PDC.
La acusación central: El uso indebido de la sigla del partido, con la anuencia del TSE.
La consecuencia política: Una fractura interna en el PDC y un cuestionamiento público sobre la imparcialidad del órgano electoral.
La voz de Víctor Hugo Velasco
Durante la entrevista, Velasco expresó su malestar por lo que considera una vulneración directa a la democracia boliviana. “Cuando hablamos de democracia, cuando se llenan la boca diciendo que van a ser transparentes y que no habrá corrupción, lo mínimo que se espera es respeto a las normas y a las instituciones”, afirmó.
Su mensaje estuvo dirigido tanto a la militancia del PDC como a la ciudadanía en general, con el objetivo de visibilizar lo que describe como una injusticia. Para Velasco, la recuperación de la sigla no es solo un trámite administrativo, sino un acto de reivindicación política y moral.
El papel del Tribunal Supremo Electoral
El TSE, como máxima autoridad en materia electoral, se encuentra en el centro de la polémica. Según Velasco, los vocales cometieron una falta grave al no pronunciarse sobre las objeciones presentadas por el PDC. Este silencio habría permitido que candidatos ajenos a la estructura partidaria se presentaran bajo su nombre, generando confusión en el electorado y debilitando la institucionalidad del partido.
La crítica apunta a un problema recurrente en la política boliviana: la percepción de que los órganos encargados de garantizar la transparencia electoral actúan bajo presiones externas o intereses particulares.
Implicaciones para la democracia
El caso del PDC abre un debate más amplio sobre la calidad de la democracia en Bolivia. Si un partido puede ver usurpada su sigla sin que las autoridades actúen, ¿qué garantías existen para los demás actores políticos?
Transparencia: La denuncia pone en duda la capacidad del TSE de garantizar procesos claros y confiables.
Legitimidad: La elección de candidatos sin respaldo partidario erosiona la credibilidad de los resultados.
Confianza ciudadana: La percepción de irregularidades puede aumentar el desencanto de la población hacia la política.
La estrategia del PDC
Velasco anunció que el PDC está trabajando en acciones legales y políticas para recuperar su sigla. El objetivo es restablecer la identidad del partido y devolverle a la militancia un instrumento legítimo de participación.
Entre las medidas que se barajan se encuentran:
Presentación de demandas contra los vocales electorales.
Movilización de la militancia para visibilizar el reclamo.
Reestructuración interna para fortalecer la unidad del partido.
Reacciones y escenarios futuros
Aunque las declaraciones de Velasco generan eco en la opinión pública, el desenlace dependerá de la respuesta del TSE y de la capacidad del PDC de sostener su reclamo en instancias legales.
Los posibles escenarios incluyen:
Reconocimiento oficial de la sigla al PDC, lo que implicaría un golpe político para Rodrigo Paz Pereira.
Ratificación de la decisión del TSE, que mantendría la actual situación y profundizaría la crisis de confianza.
Negociaciones internas, que podrían derivar en acuerdos políticos para evitar mayores fracturas.
Política.
ANN Noticias.

