BERZAIN: Terrorismo de Estado judicial de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua

 


Por: Carlos Sanchez Berzain.

Utilizando las instituciones judiciales como instrumento de represiĂłn, estos regĂ­menes sofocan cualquier forma de disidencia, distorsionando las leyes para imponer un control total sobre la poblaciĂłn

El gobierno que realiza sistemĂĄticamente prĂĄcticas ilegĂ­timas, ilegales o delitos que violan los derechos humanos para causar miedo en la poblaciĂłn con el propĂłsito de someterla o imponerle obediencia, perpetra “terrorismo de Estado”. Cuando esos delitos se ejecutan usando el sistema de justicia, con fiscales, jueces y tribunales, para acusar falsamente, perseguir, encarcelar y sentenciar sin garantĂ­a de debido proceso legal, es “terrorismo de Estado judicial”, y estĂĄ vigente como mĂ©todo de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

Terrorismo es la “dominaciĂłn por el terror”.

El terrorismo perpetrado desde el gobierno busca asustar, contener o limitar a la poblaciĂłn para que se someta al rĂ©gimen y para que asuma conductas de subordinaciĂłn que de otra forma no serĂ­an posibles. Las dictaduras lo llaman “vacuna” y estĂĄ integrada una amplia gama de delitos. Es la desapariciĂłn del “estado de derecho” para suplantarlo por el “estado de indefensiĂłn” .

El control y manipulaciĂłn del sistema de justicia es el eje principal de la metodologĂ­a castrochavista para detentar indefinidamente el poder con impunidad, pues usan la criminalizaciĂłn del opositor, del disidente, del empresario, del periodista, del obrero o del ciudadano comĂșn para asesinar su reputaciĂłn, inhabilitarlo, perseguirlo, someterlo a procesos injustos con falsas acusaciones o con imputaciones por los delitos cometidos por el propio rĂ©gimen, para encarcelarlo, condenarlo, torturarlo, asesinarlo en prisiĂłn o forzarlo a exilio. Persiguen internacionalmente a sus vĂ­ctimas usando el poder soberano del Estado que oprimen y asĂ­ han transnacionalizado el terrorismo de Estado.

El terrorismo de Estado judicial tiene como autores directos a los “sicarios judiciales” que se presentan como fiscales, procuradores y jueces verdugos. Son sicarios porque se trata de matones asalariados investidos de facultades de administrar justicia por el rĂ©gimen, son tĂ­teres macabros que cumplen la voluntad de la dictadura, violan los derechos humanos y las leyes que deberĂ­an proteger, dictando “fallos y sentencias infames”. Son falsificadores y prevaricadores reincidentes y obsecuentes protectores de la impunidad del dictador y su entorno.

Los casos son miles y aumentan. Recordar que en Cuba hay 1.149 presos polĂ­ticos certificados por Prisoners Defenders y que cada uno de ellos es una falsa acusaciĂłn, una manipulaciĂłn de fiscales y jueces, de extorsiones a las familias, de tortura y penurias a los presos y de Ăłrdenes y sentencias infames, para sembrar miedo, para que la gente sepa que la prĂłxima vez que protesten pacĂ­ficamente sufrirĂĄn años de vejĂĄmenes y perdida de libertad por “orden de la justicia”.

En Venezuela hay 1.905 presos polĂ­ticos certificados por el Foro Penal venezolano y cada uno de ellos es un caso de la “justicia dictatorial” operada por los “sicarios judiciales”. Solo recordar que NicolĂĄs Maduro y su rĂ©gimen llevan a juicio y condena a 7 menores detenidos por haberse manifestado contra el fraude del 28 de julio; que los jueces de la dictadura han aprobado -con sentencia infame- el fraude electoral perpetrado por Maduro y su Consejo Electoral; y que la fiscalĂ­a de la dictadura investiga y persigue a MarĂ­a Corina Machado -que estĂĄ en la clandestinidad- falsificando la acusaciĂłn de traiciĂłn a la Patria.

En Bolivia este crimen comenzĂł con la persecuciĂłn al presidente Gonzalo SĂĄnchez de Lozada, su Gabinete y Alto Mando Militar luego de derrocarlo en octubre del 2003 y con la firma de dos decretos de amnistĂ­a por Carlos Mesa a los golpistas y subversivos. Sigue con los crĂ­menes de Evo Morales para imponer su constituciĂłn plurinacional en la Masacre el Hotel las AmĂ©ricas que da los casos “terrorismo 1 y terrorismo 2″ en los que cientos de inocentes son juzgados, apresados y condenados.

Con Luis Arce se aplica a la ex presidenta Añez, al gobernador Camacho, al dirigente cívico de Potosí Pumari y una larga lista de 321 presos políticos certificados por Global Human Rights League. Acaban de agregar como víctima al ex presidente Sånchez de Lozada con una condena infame por haber hecho de Bolivia la potencia gasífera que la dictadura destruyó.

En Nicaragua, el “Mecanismo para el reconocimiento de personas presas polĂ­ticas” certifica 46 presos polĂ­ticos, pero el terrorismo judicial se expresa con la persecuciĂłn que expulsa y exilia, para luego privar de sus derechos ciudadanos y nacionalidad a cientos de nicaragĂŒenses que incluyen dirigentes polĂ­ticos, cĂ­vicos, religiosos, periodistas y ciudadanos. El terrorismo de Estado ha aprobado una ley que permite juzgar a los opositores exiliados con el fin de despojarlos de todo patrimonio y derecho y los sicarios judiciales la aplicarĂĄn.

Los sicarios judiciales son los autores materiales del terrorismo de Estado judicial y deben ser identificados, procesados y sancionados internacionalmente como violadores de derechos humanos e incorporados a la lista publica de la infamia universal.

OpiniĂłn y AnĂĄlisis.

ANN Noticias.