En una declaración que sacudió al mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que aviones furtivos B-2 Spirit ejecutaron un ataque aéreo contra tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. La operación, calificada por el mandatario como un “éxito total”, marca la entrada directa de EE.UU. en el ya tenso conflicto entre Israel e Irán.
“Todos los aviones han regresado sanos y salvos. Hemos demostrado que no hay ejército en el mundo como el nuestro. Ahora es el momento de la paz”, declaró el presidente desde la Casa Blanca, en un discurso televisado que buscó proyectar fuerza y, al mismo tiempo, abrir la puerta a una posible desescalada.
Sin embargo, la respuesta de Teherán no se hizo esperar. El régimen iraní calificó el ataque como una “agresión flagrante” y advirtió que sus bases militares están listas para responder. El embajador iraní en España, Reza Zabib, afirmó que “si EE.UU. nos dispara una sola bala más, sus bases serán objetivo legítimo”.
La comunidad internacional observa con preocupación. Mientras Israel celebra la intervención estadounidense como un paso decisivo para frenar la amenaza nuclear iraní, líderes europeos instan a la moderación y al retorno a la vía diplomática. Las conversaciones nucleares, que ya estaban en punto muerto, podrían quedar definitivamente enterradas.
El ataque también plantea interrogantes sobre el equilibrio de poder en Medio Oriente. ¿Será este el inicio de una escalada regional o un golpe quirúrgico que obligue a Irán a volver a la mesa de negociaciones? Por ahora, el mundo contiene la respiración.
En palabras del propio Trump: “Habrá paz o habrá tragedia para Irán”. El reloj diplomático corre.
Ver video:
Mundo.
ANN Noticias.
