BERZAIN: Sanciones internacionales a los gobiernos paradictatoriales de Brasil, Colombia y México, por sostener dictaduras


Por : Carlos Sánchez Berzaín.

Las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia han ejercido el poder impunemente durante décadas, violando los derechos humanos y reprimiendo el clamor de libertad de sus pueblos, porque se sostienen en gobiernos de países democráticos que respaldan sus narrativas, les brindan apoyo financiero, encubren sus crímenes en organismos internacionales y someten la política exterior de sus Estados. Es el caso flagrante de los gobiernos de Lula en Brasil, Petro en Colombia y Sheinbaum en México, cuya violación de normas fundamentales de obligado cumplimiento, exige la aplicación de sanciones internacionales.

“Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”, así lo dice el artículo 1 de la Carta Democrática Interamericana y su artículo 2 manda: “El ejercicio efectivo de la democracia representativa es el fundamento del Estado de derecho y de los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA)”.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), también conocida como Pacto de San José, recoge y explica los fundamentos de la Declaración Universal de Derechos Humanos y es de obligatorio cumplimiento. Esta norma establece y amplía el “derecho a la vida, derecho a la seguridad personal, prohibición de la esclavitud y la servidumbre, derecho a la libertad personal, derecho al debido proceso legal, derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, derecho a la nacionalidad, derecho a la libertad de circulación y de residencia, derechos políticos, igualdad ante la ley”, entre otros.

El Capítulo II de la CADH “Derechos Civiles y Políticos”, Artículo 23, reconoce que la democracia es un derecho humano y mandata que los ciudadanos tienen el Derecho a Participar en el Gobierno, declarando; “Todo ciudadano gozará de los siguientes derechos y oportunidades: A. Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente escogidos; B. Votar y ser elegido en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores; y C. Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país”.

El Estatuto de Roma, en su artículo 7, tipifica como “Crímenes contra la Humanidad”: “el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación o el traslado forzoso de población, el encarcelamiento o cualquier otra privación de la libertad física, la tortura, la violación, la persecución de un grupo o una comunidad determinada con identidad propia fundada en motivos políticos o nacionales, la desaparición forzada de personas…”.

Brasil, Colombia y México son Estados signatarios y parte de la Carta Democrática Interamericana, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Al sostener y proteger a las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que violan las normas vigentes y vinculantes, sus actuales presidentes y gobiernos violan todas las normas citadas y muchas más leyes internacionales que son de aplicación obligatoria. El Derecho Internacional establece claramente que no hay impunidad para cómplices, facilitadores, apologistas, encubridores, encubridores o cualquier otro tipo de participación criminal similar a la perpetrada por los presidentes Lula, Petro, López Obrador y ahora Sheinbaum.

Un gobierno paradictatorial es “un gobierno elegido en democracia que representa a un país democrático pero sirve a regímenes dictatoriales para contribuir a su sostenimiento y permanencia con acciones de legitimación y apoyo, incumpliendo obligaciones jurídicas internacionales y obstaculizando sus propios intereses nacionales”. Este es el concepto que hoy encarnan los gobiernos de Brasil, Colombia y México.

Estos tres gobiernos contratan a personas, en el área de la medicina y en otros campos, de la dictadura cubana, personas que han sido identificadas por organizaciones internacionales como esclavas y en servidumbre, y los gobiernos anfitriones pagan al régimen cubano por los servicios de estas personas que no reciben esos pagos y cuyas familias son mantenidas en Cuba como una especie de rehenes. Estos tres gobiernos democráticos compran, facilitan y brindan apoyo financiero de manera turbia a favor de los pueblos que el régimen oprime desde hace casi sesenta y seis años, y esto sostiene a la dictadura.

Nicaragua, incorporó la política exterior brasileña para estar más cerca de Rusia, China e Irán, en la línea de Cuba y Venezuela y en la misma línea se subordinó a los ataques terroristas contra Israel.

Los datos y pruebas aportados por Armando Benedetti, embajador de Petro en Venezuela, son una autoconfesión sobre el financiamiento y financiación de la campaña electoral de Petro, actual presidente de Colombia. En todos los casos, el apoyo paradictatorial al sostenimiento de dictaduras abarca actos notorios y públicos que exigen una actitud severa de la comunidad internacional.

Opinión y Analisis.

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